Todos los que han visitado Marruecos al menos una vez se han sentido impactados por los colores vivos o más sobrios de las alfombras. Muchos ahora compran una pieza artesanal para decorar su propia casa. En este blog, vamos a explorar la historia y el carácter distintivo de las alfombras marroquíes.
Breve historia de las alfombras marroquíes.
Aunque hoy en día usamos principalmente estas alfombras con fines decorativos, su historia se remonta al siglo VII. En aquella época, las tribus bereberes locales comenzaron a fabricar estas alfombras, y aún lo hacen hoy.
Actualmente, algunas alfombras todavía se elaboran de manera tradicional, en los mismos telares. Cada modelo es único: varía según la tribu que lo teje. Estas tradiciones se transmiten de madre a hija a lo largo de las generaciones: las mujeres bereberes cuentan la historia de su cultura a través del tejido de estas obras de arte. Cada alfombra refleja la historia de la región y de la tribu que la produce.
Es cierto que la calidad de algunas alfombras ha disminuido debido al aumento de la producción industrial. Sin embargo, la mayoría de las zonas rurales montañosas han conservado su tradición: en estas regiones remotas se encuentran las alfombras más hermosas y buscadas.
¡Una región, una alfombra!
Las alfombras se tejen con lana de oveja y tienen muchos usos. Se utilizan como ropa, mantas funerarias y colchones. La lana se hila manualmente. Luego se utilizan diferentes pigmentos naturales (frutas, minerales, hojas, hierbas, especias…) para teñir las fibras.
Existen muchas técnicas para producir una alfombra: tejido, teñido y bordado. Según las técnicas empleadas, las alfombras pueden ser cómodas, suaves y cálidas, o fantasiosas, coloridas y originales.
Existen tres tipos principales de alfombras bereberes:
- Alfombras Beni Ouarain: presentan patrones geométricos negros sobre una superficie blanca, y se tejen con lana gruesa.
- Alfombras Azilal: son más vivas, coloridas y se tejen con lana más corta.
- Alfombras Boucherouite: están hechas de telas recicladas y suelen ser muy coloridas.
Cada región marroquí tiene sus tribus y por lo tanto sus alfombras. Con más de una docena de tribus, el Atlas Central presenta una gran diversidad de alfombras.
- Alfombras Azilal. Se producen en la región de Beni Mellal. Son muy coloridas y brillantes. El color depende de la estación en que se tejan.
- Alfombras Beni Ouarain. Producidas por la tribu homónima en las montañas del Atlas Central. Su singularidad reside en el grosor de la lana y en los colores naturales marfil y negro. Los patrones son refinados y geométricos.
- Alfombras Boujaad. Se diferencian por sus colores vivos y brillantes, y su aspecto vintage.
- Alfombras de la tribu Beni M’Guild. Se producen durante los duros inviernos de las montañas del Atlas. Su grosor es lo que las hace únicas. Estéticamente, presentan patrones geométricos dispersos sobre un fondo brillante (rojo, naranja, índigo, magenta o rosa…).
- Alfombras Beni M’rirt. También se producen en la región de Khenifra, conocida por su invierno riguroso. Son cálidas, cómodas y tienen un tejido espeso. Generalmente son de color blanco roto o azul con patrones similares a los de Beni Ouarain.
- Alfombras Zemmour. Elaboradas principalmente con técnicas de anudado, suelen ser de color rojo, naranja o amarillo.
Muchas otras alfombras provienen del Atlas Central, como las alfombras Ait Youssi, de Guerrouane y de Oulmes.
El Alto Atlas también tiene sus alfombras, como las Glaoua producidas por la tribu Aït Ouaouzguites entre Taznakhet y Ouarzazate.
Por último, el sur de Marruecos también posee una rica cultura del tejido. Una de las joyas de esta región es la alfombra de Taznakht. Puede requerir hasta 9 meses de trabajo. Sus fibras están teñidas con azafrán, menta y henna, lo que la convierte en una pieza muy valiosa y buscada.
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